EL MÁS ALLÁ EXISTE

EL MÁS ALLÁ EXISTE

BUSCANDO AL ALMA DESESPARADAMENTE : LA BIOLECTRICIDAD (1)



El cuerpo humano, como el del resto de animales, transporta bioelectricidad. ¿Sabes para qué la utilizan nuestras células? En este recurso se analiza este fenómeno de forma clara para niños de 7- 8 años.

¿Qué hacemos para que funcionen la tele, el ordenador, la aspiradora...o el secador? Los conectamos a un enchufe, que da electricidad. La electricidad la llevan los electrones, que forman parte de los átomos. Su tamaño es muy pequeño y son muy rápidos, y "corren” por los cables cuando los conectamos a una diferencia de potencial eléctrico. Así funciona la electricidad en casa. Pero ¿sabías que nosotros también tenemos electricidad en nuestro cuerpo? Y lo mejor de todo: ¡No necesitamos enchufarnos a nada para que funcione!

En nuestro cuerpo, así como el de animales, plantas y bacterias existe un tipo especial de electricidad que es esencial para su función, y que por ser la electricidad asociada a procesos biológicos se llama "bioelectricidad”. En este caso, la electricidad funciona con iones. Los iones son átomos a los que les faltan o sobran electrones ¡iguales que los que van por los cables en casa!. Pues bien, las células dejan entrar y salir estos iones (y sus electrones), y así transportan electricidad.

¿Cómo entran y salen los iones de las células? Para ello existe un control muy estricto, porque la bioelectricidad es como la electricidad de casa: tiene interruptores, y no siempre tiene todo encendido o apagado. En la membrana de las células, que separa el interior del exterior, existen unas proteínas que se llaman "canales iónicos” y otras que se llaman "transportadores iónicos”. Al igual que la electricidad en casa, la fuerza que hace que se muevan los iones es el cambio del potencial eléctrico (a través de la membrana), pero también se mueven dependiendo de la cantidad de iones que haya dentro y fuera de la célula. Estas dos fuerzas juntas se llaman potencial electroquímico, y cuando los canales están abiertos, los iones se mueven "a favor” de él.


Existen muchos tipos de canales y transportadores que se encienden o se apagan en respuesta a diferentes estímulos. Algunos se regulan con el movimiento de la membrana de la célula (cuando nos aprietan la mano, por ejemplo); otros, cuando detectan la presencia de sustancias concretas (tanto las que provienen de nuestro propio cuerpo -como los neurotransmisores, las hormonas, u otros iones-, o las que ingerimos del exterior, como la cafeína); incluso el calor o el frío pueden actuar sobre los diferentes tipos de canales o transportadores, para producir bioelectricidad. Y éstos ¡son sólo algunos ejemplos!

Pero además, la variedad de los canales iónicos también reside en que no todos dejan pasar cualquier tipo de ión. Así, hay canales específicos para iones sodio (Na+), potasio (K+), calcio (Ca2+) y Cloro (Cl-). Algunos de ellos no distinguen y dejan pasar más de una clase de ión a la vez (positivos o negativos). Los transportadores dejan a menudo pasar más de un tipo de ión, pero de forma "ordenada”. Por ejemplo, la sodio-potasio ATPasa (que todas nuestras células tienen) deja entrar dos iones potasio y salir tres iones sodio.

¿Sabes para qué utilizan nuestras células esta electricidad? Pues para muchos más procesos de lo que crees. A modo de ejemplo: gracias a la bioelectricidad funcionan los ojos, el músculo, el cerebro y el corazón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario