DOS TESTIMONIOS DE FRANCIA

 PAUL FRANCIA COMA ETILICO

Mi alcoholismo que duró 35 años me hundió en noviembre de 1997 en un coma etílico que se prolongó por 3 semanas, y en el transcurso de las cuales hice una crisis de delirium tremens y una hemorragia gástrica. Es durante esta que mi experiencia se produjo.

De pronto me encuentro en el plafond de mi cuarto de hospital; liviano, flotando, ya librado de la pesadez con una vision panorámica de 360°. Me veía sobre la cama alrededor de la cual camisolas blancas denodadamente se precipitaban sobre ella. Me paseé un momento (de duración indeterminada, por supuesto) y percibo un gran túnel el cual me atraía irresistiblemente y al final una gran luz blanca apaisada, bienhechora ella misma. Era la calma que contrastaba con la agitación que se producía abajo. Me dirigí hacia ese túnel bienaventurado pero al momento de querer penetrar me siento tirado ¨por los ´pies”, lo cual me enojó profundamente y es así que en cólera me reintegro a mi envoltura carnal

NICOLE FRANCIA REACCION ALERGICA A FARMACOS
Padeciendo de artritis reumatoide desde varios años, yo debía recibir inyecciones de Humira afín de vivir lo mejor posible. Desde hacía aproximadamente tres meses antes del ECM yo tenía el presentimiento de que algo iba a suceder (la muerte). El 30 de Agosto del 2010 yo debía entonces recibir la inyección y mis dos perros se acostaron sobre mí queriendo obstaculizar la aplicación de la inyección, cosa que nunca antes había pasado. De un golpe, un sentimiento de miedo. Yo supe que era el momento… recibí la inyección, de todos modos a pesar de mi certeza. Abruptamente entré en un túnel oscuro con destellos azules y percibí una luz al fondo que me atraía. Ningún otro dolor, ni físico ni moral. Solo amor incondicional. Allí se encontraba mi padre, que había fallecido hacía más de 28 años. Me recibió y me tomo por la mano izquierda. En ningún momento me ví muerta. Que felicidad, no más sufrimiento y además encontrarme con mi padre…quería llegar más lejos y atravesar esa puerta. Sin embargo mi padre me envió de regreso, sin que yo pudiera oponerme, hacia la vida terrestre, diciéndome «hasta pronto», cosa que no pude hacer en la época cuando él falleció. A mi regreso estaba perdida pero en un estado síquico maravilloso. El dolor físico me invadió. No quería volver a la vida, solo continuar en el amor con mi padre. Durante varias semanas, más bien varios meses, me quedé en mi mundo y pocas personas comprendían mi estado emocional. Esta experiencia transformo mi vida entera